El comercio tradicional y la identidad de barrio

imagen puesto de tienda tradicional
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No deja de llamar la atención como el centro de las ciudades están perdiendo su identidad para ser engullidas por franquicias y tiendas de grandes corporaciones. Ya no tenemos la pastelería típica de 1940, ahora hay un local de una cafetería que es igual en tu ciudad y en 1.500 locales franquiciados.

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) cada vez viajamos más, siendo la gastronomía y las compras algunos de los motivos principales. Entonces, ¿si siguen desapareciendo las tiendas familiares donde quedará la esencia de cada ciudad?

El comercio tradicional da estabilidad, crea empleo y mejora la economía de las ciudades y del país en general. Algo de lo que se están dando cuenta muchas personas y que están trasladando a determinadas zonas, donde se ve como los establecimientos de barrio de toda la vida están volviendo a aparecer.

La esperanza del pequeño comercio

Barrios como Malasaña (Madrid), que hace 10 años estaban en decadencia, han visto  el resurgir de la economía local gracias a la gentrificación y a la apertura de pequeños negocios. Tiendas de cuadros, ropa, carnicerías, pastelerías caseras o restaurantes son sólo algunos de los comercios que han logrado poner de moda este barrio en toda la capital.

El éxito de este movimiento que busca recuperar la identidad de un barrio es tal, que un día normal en Malasaña es casi imposible comer en un restaurante sin reserva y el precio de los alquileres está por las nubes.

Cada vez más personas están cansadas de los centros comerciales y las grandes cadenas que no generan riqueza y sólo crean puestos de trabajo precarios. El consumo responsable y la eficiencia energética han dado lugar a supermercados ecológicos donde abundan los productos orgánicos y a negocios que tienen opciones vegetarianas/veganas o sin gluten.

En Estados Unidos hace ya tiempo que se da esta tendencia, con predicciones que hablan de que cerrarán el 50% de los centros comerciales que quedan durante los próximos 3 años. En España tardaremos un poco más, pero ya queda claro que el cambio de tendencia se está extendiendo por momentos.